LA CENIZA Y EL ECO: ANVERSO Y REVERSO

 



Por las calles de la ciudad de Quilmes, un hombre camina sobre una capa de cenizas. El aire es espeso, con un olor a papel quemado y a memoria oxidada que se adhiere a la piel como lodo. El asfalto se deshace bajo sus pies, revelando un sendero de tierra reseca y guijarros filosos, un mudo camino de muerte. Las casas de ladrillo se derrumban, dando paso a chozas de barro cuyas grietas son heridas abiertas en el cuerpo de la ciudad. Las calles pierden su trazado, convirtiéndose en pasillos sin rumbo. Sus pies, que un instante antes calzaban zapatillas, se laceran al pisar las astillas de un espejo roto. Arriba, un velo gris cubre el cielo y el sol es una mancha difusa que se disuelve en un rojo moribundo. En su mano, aferra una canica de cristal, el único recuerdo tangible de lo que busca.

En un recuerdo lejano, un niño se hamaca en la plaza de La Cruz, bañado por un sol amable. El silbido rítmico del columpio es un eco alegre en el aire tibio, un canto ininterrumpido. El cielo, de un azul prístino, está salpicado por nubes albas que se movían como si fueran marionetas de algodón dentro de un guiñol imaginario. Los chorros de los bebederos danzan y destellan, irisándose al ser cruzados por los rayos del sol. Al caer, se convierten en pequeños ríos que, en sus cauces de piedra, murmuran una nana placentera. Bajando del columpio, el niño se hunde en la arena fresca, que lo espera como una alfombra de almohadones. Sus pies descalzos son suaves, sin rastro de dolor. En su bolsillo, una canica de cristal atrapa la luz del mediodía.

El hombre del futuro siente el frío metal en su diestra, la empuñadura de un arma que no eligió ni desea. Su peso lo ata a un destino del que no hay escape. El filo embotado roza su palma, provocándole una herida latente, una cicatriz que parece haber existido siempre. Sus ojos buscan un rostro entre la multitud de sombras, la reverberación de un pasado que se desvanece con cada bocanada de aire tóxico. Busca el rostro en su mente, el de ese niño que ríe, que juega en la plaza, inmerso en la luz. El recuerdo es cada vez más débil, la risa se ha vuelto una campana rota, un eco que no encuentra resonancia en el silencio de la ceniza. Levanta la mano izquierda, aprieta la canica mientras el vacío se apodera de su alma.

El niño del pasado, de pie sobre la arena, siente que su mundo se detiene. Una sombra inmensa y silenciosa cae sobre él, como una nube oscura que oculta el sol de golpe. El aire, de pronto se enfría, y el canto del agua se ahoga hasta volverse imperceptible. Recoge una pequeña piedra, extrañamente pesada, como si en su mano ya cargara el peso de todos los años que le faltan por vivir. La suavidad de la arena se vuelve áspera por un instante bajo sus pies. Su risa se apaga y un escalofrío le recorre la espalda, es la premonición del mañana apocalíptico. Por un instante, solo por un instante, el eco lejano del columpio que se detiene en la penumbra es una melodía invertida que le resulta familiar y aterradora. Instintivamente, aprieta la canica de cristal, como si buscara consuelo.

El hombre del futuro mira a su alrededor, pero la búsqueda es inútil. Deja caer el arma. El ruido metálico resonó en el silencio con un eco final. Levantó la mano, la palma arrugada y sucia, el reverso exacto de aquella que sostenía la piedra. Y en ese instante, en el pasado, el niño sintió en su mano la quemadura fantasmal de un acero en bruto con destino de filo. Mientras la canica de cristal caía de la mano del hombre buscando las cenizas, el niño sintió una punzada de dolor en su bolsillo, como si el cristal se hubiera roto en su interior. La risa del niño del pasado y el eco de la campana rota del hombre del futuro se unieron en un mismo y único sonido que se fue desvaneciendo. El anverso es el juego, la luz y el agua. El reverso es la lucha, la sombra y el polvo. Y entre ambos, la conexión ineludible de un destino devorador.

 Datos personales:

Néstor Rubén Giménez

Seudónimo: Atribulado

Nacionalidad: Argentina

Fecha de nacimiento: 22/10/1956

DNI/Pasaporte 12728955

Calle Moreno 1167 (B1878FSW) – Quilmes - Provincia de Buenos Aires – República Argentina

Teléfono: +54 9 11 2250 2048 Mail: nrga154@gmail.com

 

 

 

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