EL BECERRO DE ORO
El sol y la luna conspiraron juntos por
primera vez en siglos. El cielo se convirtió en un manchón gris. Los
relámpagos, truenos y rayos dibujaron en lo alto, un panorama tenebroso.
Buluc Chabtan encendió las antorchas de
la historia Maya. Dibujó en el cielo con
espuma de nubes negras, figuras extrañas de seres mitológicos mitad
hombres, mitad bestias. Los caciques pipiles fueron los primeros en descifrar
el mensaje. Con urgencia mandaron a los tamemes en diferentes direcciones con
la impactante noticia. En seis lunas, las señales de humo brotaban como
serpientes de niebla de los hormigueros tribales. Las señales de humo abrazaron
a las figuras pintadas en el cielo por Buduc Chabtan. La guerra estaba en la
etapa de madurez a punto de estallar. Proteger la tierra del maíz, era urgente.
Por lo que acordaron unirse como fieros jaguares en defensa del territorio. El primer acuerdo
fue concentrarse en el poderío de Cuscatlán, forjar con oro un becerro para que
los protegiera de los invasores. En pocos días las filas de hormigas indígenas
cargaban figuras y pepitas de oro para forjar el becerro. Buduc Chabtan, el
chamán de la guerra, fundió las joyas con el fuego de sus manos, y con la ayuda
de Metzi y Tonatiuh esculpieron una figura perfecta. Era tan perfecto que sólo
le faltó hablar al ternero. Buluc
Chabtan, comenzó un conjuro:<< Pachamama, obsidiana, fuego oculto, piedra
rara, Pachamama, Pachamama, dale vida a la obsidiana, y que crezca piedra rara,
Pachamama, Pachamama…>> Se multiplicaron los relámpagos, truenos y rayos.
El sol y la luna se fundieron en uno solo, y de la mezcla de los dos formaron
una esfera fluorescente amarilla, de inmediato, bajó una luz dorada que cayó sobre la escultura
animal. Rápidamente se cubrió de áureo resplandor, más brillante que el oro. El
Chamán levantó el becerro con la fuerza de la natyraleza y lo incrustó de las cuatro
patas en una piedra bruja. El sol y la luna satisfechos de la obra realizada
por el Chamán, se retiraron en vuelo unido hacia las profundidades del cielo
azul. El ritual de guerra se consumó. Buluc Chabtan, levantó sobre su cabeza,
una vasija con incienso, tomó una astilla de ocote y le puso fuego. El olor a
incienso llegó hasta los ojos de los guerreros, se les humedecieron hastalos
bordes d los párpados, y escampó un instante.
Prepararon,
arcos, flechas, lanzas y hachas de obsidiana. Los invasores llegaron en
descomunales barcos de guerra a las costas de Océano Atlántico. De su interior
salieron hombres barbados escupiendo fuego, y acompañados por jinetes mitad
hombres y mitad caballos.
La guerra fue intestina. La muerte llegó
a las tierras del Quetzal y el Torogoz. Se cubrió de sangre el maíz amarillo y se
transformó e maíz colorado, y montañas, ríos y planicies se cubrieron fe luto.
Los invasores, también trasquilados, se
retiraron a las islas del Mar Caribe. Buduc
Chabtan, al saber la noticia de la retirada del enemigo, se fue a descansar sobre
una nube candilazo enorme. Allí pasó varios días. Cuando despertó, se fue al
lugar donde dejó el becerro de oro. Todo estaba ahumado y en silencio. Sólo estaba La Piedra Bruja con cuatro huecos.
Huecos donde el Chamán incrustó el becerro. El Chamán se puso de rodillas, y
viendo hacia el cielo dijo: ¡Ya regresaron los hombres híbridos!
DATOS PERSONALES
NOMBRE
DEL AUTOR:
MARIO ERNESTO SORIANO.
SEUDÓNIMO:
XÓCHITL TOTO.
TÍTULO
DEL CUENTO
EL BECERRO DE ORO
DOMICILIO:
Residencial San Ernesto, Senda 1-A, Pol. B-2, Block 3, # 5. Soyapango. El
Salvador. C.A.
TELÉFONO:
503 2519-7607. CORREO: romarionueve@gmail.com.
CURRICULUM
Mario
Ernesto Soriano, Licenciado en Letras. Profesor de Educación Media. Galardón:
Primer Lugar Compartido: “Poesía Reforma 91” Iglesia Luterana de El Salvador.

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