LOS FUGITIVOS
El día en que los humanos
perdimos la fe, fue el mismo en que los ángeles descendieron a la tierra, al
principio el mundo se maravilló ante ellos y aunque su apariencia no encajaba
en el canon de las descripciones conocidas, no cabía la menor duda de quienes
eran.
Pues poseían cuatro pares de
gigantescas alas blancas, sus ojos resplandecían más que el propio sol, las
facciones de sus finos rostros les daban un aspecto andrógino y emitían una
intensa aura celestial que hacía que cada persona en un radio de diez metros a
la redonda terminase rendida a sus pies.
Como era obvio, los creyentes
del mundo les recibieron con los brazos abiertos, estaban ansiosos por escuchar
el mensaje que seguramente Dios les había encomendado darnos.
Fue muy tarde cuando
descubrimos que aquellos seres alados no eran mensajeros de buenas nuevas,
sino, vengativos ejecutores.
En cuestión de días y haciendo
uso del poder de sumisión que tenían sobre nosotros, comenzaron a asesinar a
cada humano que se pusiera en su camino, hasta el punto, de que grandes
metrópolis como la Ciudad de México, Paris y Nueva York fueron purgadas en tan
solo una tarde.
Sin más alternativa, la guerra
en contra de los celestiales comenzó y no fue hasta hoy, a un año de haber
iniciado el conflicto que por fin hemos encontrado la respuesta a su venida.
Con mucho esfuerzo logramos
derribar a uno ellos y tras cercenarle las alas, no solo inhibimos sus poderes,
también logramos interrogarle y lo que dijo, nos heló la sangre.
Dios no los había enviado,
fueron ellos quienes por decisión propia habían descendido a la tierra para
esconderse de él, pues siguiendo los pasos de Lucifer en los comienzos de la
creación, ellos también intentaron rebelarse y de igual forma, fracasaron.
Fue por eso que antes de
recibir su castigo, huyeron a nuestro mundo, pues solo aquí su ira jamás los
alcanzaría y al ser ellos mismos sus propios ejecutores, nadie jamás los
detendría de apropiarse del planeta.
No tenemos idea de cual será
nuestro siguiente movimiento, la munición que tenemos es escasa y el último
reporte que obtuvimos de nuestros vigías antes de perder la comunicación con ellos,
es que una brigada entera de ángeles viene para acá.
Jamás pensé que el apocalipsis
sería de esta manera, ni que aquellos seres hermosos en los que mamá me enseñó
a creer, se convertirían en monstruosos bastardos que se cobrarían la vida de
la mitad de nuestra civilización.
Ya los veo acercarse a la
distancia y aunque yo deseo correr, mi cuerpo no responde, sé que ya no sirve
de nada rezar, pero señor, te lo suplico, cualquier cosa que me vayan a hacer
que la hagan rápido.
Nombre
del autor: Ronnie Camacho
Barrón
País
de procedencia: México
Semblanza
del autor
Ronnie
Camacho Barrón (Matamoros, Tamaulipas, México,1994)
Escritor, Lic. en comercio internacional y aduanas, y Técnico Analista
Programador bilingüe, ha publicado 2 Novelas, también 10 libros
infantiles y una antología de cuentos, colaboro en 15 antologías y
publicado textos en más de 143 revistas y blogs.
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